Empezaré a desvanecerme al poco rato. Y es que mis letras se van rebelando y luchando por su independencia. Es la rebelión de los juguetes, esas liras que no tuvieron significados y han dados vueltas por tu mundo, esas frases que he dicho sin pensarlas mucho y esa falta de hilación entre mis pensamientos. Todo un mundo se reduce a una puerta, y ésta se está cerrando, mi mundo va dejando de ser mi mundo, para pertenecerle a mi yo incógnito. Cállate y escucha, es un poco hostil mi forma de expresarme. Sólo es un grito. Un grito con sabor a suspiro, a expiración... ¿Lo oyes? ¿Lo lees? ¿Lo saboreas? Eso es fruto de un arbusto sin espinas, de una identidad autocrina... que se nutre de lo que había expulsado que busca un archivo en el pasado y lo convierte en una realidad, que crea pero no da vida, que vive pero no crea y en esa contradicción se esconde en sus migajas de imaginación cercana... lejana del último verso pero más cerca de lo que estuvo alguna vez. Tal vez volverá ...
Notas al azar en cuerdas graciosamente nostálgicas y simbólicas...