Llueve al revés en el norte,
días de hombres
que trabajan ausentes.
Tu mirada aparece silente,
ilusiones de un viaje,
sueños de una tarde sin mar.
Cerezas y marshmellows,
un viajero que encontró una
frase en la casualidad.
Veo a través de tu sonrisa
una luna sin rostro,
un cielo sin estrellas,
una playa sin arena.
Y me encuentro en ti,
en silencio.
Sientes la brisa,
descansas plácida,
cierras los ojos,
todo es un sueño, un sueño.
Mis palabras se pierden en un blablableo,
de brisas calientes
de tiempo ligero.
No existe el miedo,
cuando llueve y
cuando el viento golpea nuestros rostros.
No existe el miedo, cuando la arena nos abriga,
cuando la luna nos habla,
cuando se mezclan las palabras en un nudo en la garganta,
cuando se revolotean recuerdos en experiencias futuras,
cuando es así.
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