Cáeme noche
en esta tarde de abedules.
Trágueme el ocre
y apáguense los astros azules.
Revienten las olas,
que me dejen ver las lumbres
en esta playa a solas,
desde esta arenosa cumbre.
Rojo el sol se pone,
que el cielo su naranja exude,
que la blanca se asome
a los negros mantos esparcidos de luces.
Árboles callen sus bocas,
díganle al sonido que me escuche,
díganle a las sombras,
esas que a estas horas ya acuden,
mis sueños.
(Escrito en clase de MTU)
en esta tarde de abedules.
Trágueme el ocre
y apáguense los astros azules.
Revienten las olas,
que me dejen ver las lumbres
en esta playa a solas,
desde esta arenosa cumbre.
Rojo el sol se pone,
que el cielo su naranja exude,
que la blanca se asome
a los negros mantos esparcidos de luces.
Árboles callen sus bocas,
díganle al sonido que me escuche,
díganle a las sombras,
esas que a estas horas ya acuden,
mis sueños.
(Escrito en clase de MTU)
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