No sé cómo decir quién soy,
no sé cómo escribir poesía.
El camino, por donde voy,
se ha convertido en una ruta vacía.
Un suspiro aquí, un grito allá,
quien me escuche que me lo diga;
risa, enojo, melancolía,
lo que sea deja de ser en el hangar
de donde parten mis ideas,
de donde parten mis emociones,
donde cualquier fútil experiencia
da a luz un sinfín de canciones.
A falta de ego, pierdo fuerzas;
a falta de superego dejo de ser yo;
La casa está dormida, la flaqueza
despierta viaja en derredor;
ellas no querrán venir mañana,
no querrán venir hoy.
Yo no sé escribir palabras
sólo puedo dibujar un no-yo,
dibujar un yo soy, dibujar la nada.
Yo no sé escribir palabras,
aunque alguien lea esto, no hay palabras,
tampoco sentimientos o tal vez un poco,
pero son más que nada, más que poco,
imágenes de un álter ego invisible,
un álter ego divisible.
Ocultos tras su nombre unitario,
yacen invisibles,
yacen diciendo su carácter único, extraño
y nacen visibles
para un mundo de ciegos,
gritones para un mundo de sordos.
Entonces no sé quién soy,
me confundo a mí mismo,
y ya basta de absurdismo,
sólo hoy puedo decir que sé quién no soy.
Comentarios
Publicar un comentario