Aunque no me creas ni el nombre,
aunque menosprecies mis palabras
esas que alguna vez dije sinceramente...
Aunque nuestros caminos sean distantes
y nuestras miradas no se crucen
tantas veces, tantas veces, como antes...
Aunque el virus de la soledad
haya calado en tus huesos,
y por ello niegues la época de luz
roja y navideña,
en que nuestros ojos pronunciaron las palabras
que ningún hombre inspirado ha escrito...
Estoy aquí, a veces,
siempre incostante, pero siempre tuyo.
Hay tantas estrellas en el cielo,
y soy tan incapaz de bajarte una,
pero ¡para qué bajar estrellas
si puedo elevarte a ellas
con tan sólo una frase de esas
que tanto te gusta escuchar!
aunque menosprecies mis palabras
esas que alguna vez dije sinceramente...
Aunque nuestros caminos sean distantes
y nuestras miradas no se crucen
tantas veces, tantas veces, como antes...
Aunque el virus de la soledad
haya calado en tus huesos,
y por ello niegues la época de luz
roja y navideña,
en que nuestros ojos pronunciaron las palabras
que ningún hombre inspirado ha escrito...
Estoy aquí, a veces,
siempre incostante, pero siempre tuyo.
Hay tantas estrellas en el cielo,
y soy tan incapaz de bajarte una,
pero ¡para qué bajar estrellas
si puedo elevarte a ellas
con tan sólo una frase de esas
que tanto te gusta escuchar!
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